HACIA UN LIDERAZGO HOLISTA
No existe nada más complejo que lo simple e incompleto. Esta afirmación representa el reconocimiento de un agujero negro del liderazgo.
¿Cómo manifestarnos como líderes inspiradores si aún no encontramos nuestra propia inspiración?
¿Cómo construir mejores entornos colaborativos si no tomamos en consideración los intereses legítimos de todos a nuestro alrededor?
En la mayor parte de los modelos y estilos de liderazgo el gran ausente es la inteligencia espiritual. Consideramos que la inteligencia emocional es la gran palanca que motiva la voluntad de los equipos, cuando representa solamente un eslabón en la maduración del liderazgo que, si bien resulta muy trascendente, es solamente un eslabón.
En cambio, al omitir como parte del modelo aspectos relevantes integrados a las cualidades esenciales del líder, tales como la humildad, amabilidad, aceptación radical, gratitud, desapego y ecuanimidad entre otros, implicaría a su vez, pasar por alto que el posicionamiento de mayor influencia y poder de un líder es inspirando a otros a encontrar y lograr su propio propósito.
Un modelo de liderazgo que asuma como esenciales las cualidades que integran los factores de la inteligencia espiritual, lo hace emerger, no sólo con cualidades transformacionales sino de trascendencia que lo ubica como un modelo integral, holista. Esto implica el compromiso con la verdad y la colaboración en la construcción de un mundo mejor.
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