Creencias, modelos mentales y empresa familiar.
Los seres humanos somos verdaderas “máquinas de generar significados”. Cada experiencia en nuestra vida la filtramos a través de nuestros filtros, de nuestra caja de sesgos y de nuestra personalidad, y así le proporcionamos a esa experiencia un sentido que a la vez, en lo sucesivo, matizará otras experiencias.
Tomando en cuenta lo anterior, todos queremos tener éxito en lo que emprendamos ya sea en nuestras actividades personales o en las profesionales. Empero, cada uno de nosotros definimos ese éxito de una forma distinta, y nos podemos ubicar en él conforme a esa definición propia y subjetiva. Para algunos incluso el éxito puede considerarse como mantenerse en un “proceso “continuo de mejora, es decir, en este caso no representaría una meta concreta sino un estado permanente.
Cierto es que, una vez que le hemos otorgado un significado, si no planeamos nuestro éxito, es decir, si no anticipamos la idea concreta de lo que significa nuestro éxito y nos dirigimos intencionadamente hacia ese objetivo con herramientas personales, familiares y de equipo, seguramente estaremos divagando en las circunstancias y nuestras posibilidades de lograr nuestro propósito y los objetivos o metas que tengamos en mente, se reducirán de una manera importante o desaparecerán.
¿Cuál es tu propósito? ¿Qué objetivos te propones alcanzar? ¿Qué es lo que deseas lograr? Son preguntas implicadas en la confrontación con nuestras creencias, modelos y en particular, con nuestros sesgos.
- Las creencias adoptadas construyen nuestro nuevo “software” para operar cotidianamente.
Cuando permitimos que las limitaciones se posicionen de nuestras creencias y sean estas las que pongan trampas en la brecha entre donde estamos y en la ruta hacia donde nos conducen nuestros objetivos, olvidamos una lección fundamental que la historia de la humanidad se ha empeñado en enseñarnos de manera reiterada: la mayoría de las limitaciones solo existen en nuestra mente y paradójicamente son irracionales. Son nuestras CRENCIAS, participando en la operación de nuestros modelos mentales o ecuaciones de conducta las que determinan lo que somos capaces de construir en la realidad.
Nuestras creencias, tanto limitantes, como aquellas que nos permiten ir un paso más allá y descubrir nuevos caminos, representan una energía realmente poderosa y se esparcen en nuestra forma de vivir en todas las direcciones. La influencia que genera puede representar un gran impulso hacia el logro y también una gran resistencia al cambio y al éxito mismo y, en este último caso, si no se le detecta y se “desactiva” a tiempo, sus efectos suelen ser devastadores.
- Actualizar nuestro ”sotfware” de creencias, es esencial.
Convertir en una posibilidad real lo que aparentemente es muy difícil o imposible, aparenta ser una labor complicada, sin embargo, si realmente abrimos nuestra disposición y con ello nuestra mente a otras “posibilidades” (tan sólo a otras “posibilidades”) nos resultara sencillo.
Lo que en teoría y práctica se requiere es confrontar nuestras creencias limitantes existentes en nuestro consciente o en nuestro inconsciente (existen herramientas para detectar ambas) para modificarlas y resignificarlas de tal manera que dicha actualización nos habilite y nos permitan ver el mundo desde una nueva perspectiva. En el momento en donde observamos la realidad desde una nueva perspectiva, podemos ver entonces nuevas posibilidades, y entonces nos habilitamos también para decidir actuar de manera distinta y por lo tanto obtener nuevos resultados.
El conjunto de modelos mentales o ecuaciones de conducta que estando desactualizado, se vuelve repetitivo es generador de sesgos que, en su conjunto, pueden determinar culturalmente a una familia.
- La mente está programada para defender siempre su “razón” subjetiva
Cuando tenemos una creencia solemos buscar constantemente evidencia que la respalde y comprobarles a los demás de que tenemos la razón (Sesgo de comprobación). Así, cualquier hecho por más intranscendente o irrelevante que sea, nos sirve para justificar lo que se convierte en nuestra creencia y se convierte en una especie de “profecía autocumplida.”
Tenemos que recordar que la realidad que percibimos es lo que es. Es neutra, para que nosotros, a través de nuestros procesos cognitivos le “asignemos colores, sabores y otros matices”, para que nos abramos o cerremos posibilidades, para identifícanos con el placer o el sufrimiento, para que de acuerdo a nuestros filtros de creencias, califiquemos e identifiquemos nuestros “si se puede” y los “no se puede” en nuestras vidas.
- Justificar nuestras limitaciones nos condenan a quedarnos con ellas.
Resulta muy fácil y tentador el camino de encontrarle explicaciones a los obstáculos y a las dificultades, basta con “creer” en un destino predeterminado y posiblemente fatalista para considerarlos “víctimas de las circunstancias”
Lo anterior, sin embargo, representa en la realidad una falta de responsabilidad para nuestro propio potencial creador y generador de nuestra propia realidad.
El sentido de actualizar nuestras creencias es el darnos cuenta que al momento de tomar decisiones, habrá que distinguir si estamos ante un “mundo condicionado”, es decir aquel que no tenemos la facultad de modificar con nuestra voluntad y que requerimos tener una actitud de aceptación, o ante un “mundo incondicionado”, que es aquel en que nuestra intervención es decisiva para la obtención de los resultados.
- Las creencias forman una red en la empresa familiar
La empresa familiar está formada por individuos que proceden comúnmente de la misma familia, misma que ha abrevado por años de creencias comunes, es por ello que las creencias individuales tienden a ser reforzadas por el sistema familiar y perpetuadas a través de generaciones a través de sesgos transgeneracionales. Esas “herencias” llegan a transformarse en importantes lealtades dogmáticas que, al ser originalmente creencias no confrontadas, no son necesariamente el producto de un razonamiento.
Sí partimos del planeamiento anterior, cuando una creencia limitante encuentra el vehículo de refuerzo en la red familiar, se torna en un sesgo que, como si fuera un parasito difícil de erradicar, este contagia y se disemina por distintos individuos dentro de la familia, con el riesgo de perpetuarse en las siguientes generaciones hasta que llegue un momento en que pueda confrontarse con la realidad.
- En concreto ¿Qué hacer para cambiar creencias limitantes?
El tomar acción inmediata nos otorgará la motivación para seguir adelante en nuestro propósito de revisión de nuestras creencias limitantes.
Como una breve ruta sugerida, te presentamos los siguientes pasos:
- Revisa en tu vida y observa el sistema familiar y trata de detectar las creencias que hayan significado un obstáculo para avanzar en los objetivos comunes. Has una lista.
- Reflexiona y haz una lista escrita, de las principales creencias que tengas y que te hayan ayudado a avanzar en tus propósitos.
- Haz una lista de personas conocidas o desconocidas que consideres capaces de realizar las cosas o actividades que te parecen imposibles de realizar.
- Entrevista a las personas que son conocidas en tu lista y preguntarles cómo le hacen para realizar lo que a para ti, te parece difícil o imposible.
- Confronta la creencia de dicha persona con tu propia creencia y detecta las diferencias.
- Pregúntate ¿Cómo es que otra persona sí puede y yo no puedo?
- Reestructura el enunciado de tu propia creencia.
- Escribe en primera persona una frase positiva con el caso.
Ejemplo: Sí en un principio escribiste: “Ganar dinero cuesta sudor y lágrimas” o es muy difícil ganar dinero”. Una vez que hayas confrontado tu creencia, se requiere restructurarla (si es que encontraste elementos para modificarla) y ponla en un sentido positivo y en primera persona, ej. “Me resulta muy productivo y gratificante el trabajo”, u obtengo buenas y justas ganancias con mi trabajo”.
El sentido de hacer todo esto tiene sus fundamentos científicos. la parte del cerebro que se encarga de otorgarle curso a nuestras creencias es la formación reticular, sin embargo, aun cuando existen naturales resistencias al cambio, la mente será sensible a nuestra revisión y nuevo entrenamiento, lo que consideramos una “actualización de nuestro software”.
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- Sesgos Cognitivos
- Neuroplasticidad
- La naturaleza de la realidad