UNA EXPERIENCIA ESPIRITUAL
A través de nuestro formato cognitivo ordinario, contamos con cinco sentidos que nos permiten tener una concepción robusta de lo que denominamos “experiencia” y las cuales describimos a través de los procesos del pensamiento y apoyados en el lenguaje y el enorme archivo referencial que pertenece a la memoria. Empero, si pretendemos ampliar el horizonte de nuestras experiencias hacia lo que pudiese representar una experiencia espiritual, este sistema ordinario no impulsa primero a la definición ¿Qué es una experiencia espiritual? Y con ello acotarla y entenderla desde nuestro universo conocido.
Pero ¿la experiencia espiritual representa algo conocido? Es probable que lo que mejor describe una experiencia espiritual sea algo que llamamos “vacío intuitivo”, es decir “una nada que tiene la capacidad de impulsarnos a tomar una decisión y/o una acción”
Sin embargo, nuestra mente, la que sustenta nuestros sistema cognitivo ordinario, desconfía de lo que no conoce y se autoprotege a través del filo doble que es el escepticismo. “Ver para creer” ¿Cómo seguir una intuición en la cual naturalmente estoy diseñado para desconfiar?
Este es el gran reto. Una experiencia “espiritual” que puedo describir de manera precisa a través de las referencias que mi pensamiento extrae de mi memoria y las expresa a través del lenguaje, seguramente es una experiencia de mi mente, desprovista de la conexión que habilita la experiencia realmente espiritual, conexión a la esfera de la no dualidad, a la esfera donde la ausencia de la memoria, el pensamiento y el lenguaje se traduce en conciencia plena, verdad pura.
Y aquí concluimos donde comenzamos. En una conexión a la experiencia espiritual, se encuentran ausentes las expectativas, nada espero de ello, todo es un fluir con el aquí y ahora eterno.
¿Te interesa una visión complementaria de lo que es una experiencia espiritual?
Think Right.
